Un poderoso dilema 🤔 que enfrentamos al impulsar una transformación ágil tiene que ver con la dependencia que genera en las organizaciones nuestra propia presencia como consultores.
Este fenómeno no es privativo de los coaches ágiles. Para nada.
En alguna medida, todas las terapias (y consultorías) generan ese tipo de vínculos “médico-paciente”. 🧑🏻⚕️
En el caso del psicoanálisis, por ejemplo, esto está previsto en el concepto de transferencia acuñado por Freud.
Según el padre del psicoanálisis, toda transferencia proviene de una fuente infantil. De ahí que siempre involucra la reedición de un amor infantil (edípico) en la cual el analista es amado por lo que representa, dando lugar a lo que Freud conceptualiza como neurosis de transferencia. 📝
En diferentes momentos de su obra Freud fue puliendo el concepto, conceptualizándolo en su aspecto positivo, como motor del tratamiento y negativo, es decir, cómo obstáculo de la terapia.
En sus palabras, la transferencia deviene resistencia al tratamiento no sólo cuando es de carácter negativo, sino también cuando es de carácter positivo erótico. 💜
En su aspecto positivo, es esperable que ese amor se exprese de forma moderada habiendo sido sometido al proceso que denomina sublimación.
Bajo esta forma la transferencia constituye una herramienta fundamental con la que cuenta el analista para poder conducir el tratamiento. 👩🏻⚕️
Intensidad y resistencia son entonces ejes complementarios de la relación analista-paciente y deben mantenerse en un sano equilibrio para que el tratamiento dé resultado.
Continuando con el paralelismo, el éxito del trabajo del coach ágil como consultor externo depende mucho del rapport que pueda generar con los miembros de la organización en la que interviene.
Por eso el dilema del coach como consultor tiene que ver con generar una relación amena con sus “pacientes” pero que -a la vez- mantenga cierta autoridad y credibilidad. No se trata de hacer amistades, no. Pero sí de lograr un entendimiento que permita avanzar con seguridad y solvencia en el acompañamiento de nuestros clientes. 🤝
Si una vez que el coach se retiró sientes que en tu organización o en tu equipo tienen que hacer un gran esfuerzo por sostener un evento o práctica determinada, esto puede deberse a diferentes motivos:
1. Puede que necesiten adaptarla 🔂 o descartarla ❌.
2. Pero también puede ser que estén yendo en la dirección correcta ➡️ y sea justamente esa incomodidad la que esté señalando el camino.
Este último suele ser el punto de apoyo de toda la terapia o proceso de acompañamiento. Esto un buen coach lo sabe y lo utiliza con inteligencia. 🧠
De hecho, la palabra terapia viene del griego θεραπεία (therapeia que quiere decir tratamiento), la cual está formada con el verbo θεραπεύειν – therapeuein (cuidar, atender, aliviar). De ahí la palabra terapeuta.
Además, este verbo deriva de θεράπων (therapon, que quiere decir escudero, el que ayuda al guerrero), una palabra de oscuro origen, anterior al griego.🛡
En definitiva: cada organización tiene los escuderos (o coaches y consultores) que se merece. Y aquí, como decía mi abuela, lo barato sale caro. Por eso es importante contratar bien.
Te dejo algunas preguntas para reflexionar:
-¿Qué tipo de escuderos contratan en tu organización?
-¿Cómo es la relación contigo y con el resto de los líderes?
-¿Cómo evalúan los avances del proceso de acompañamiento?
-¿Cuánta receptividad/resistencia al “tratamiento” ves en la organización?
-¿Cómo te ves planteando esta conversación con tu coach/consultor y con tu equipo?
Lucas López Dávalos – Agile Coach y Comunicador